✦ Formación obligatoria y transversal para las organizaciones

Juan José Cubero Marín

1.- Introducción.
Bajo el título de este artículo se alberga la idea de introducir en los programas formativos, principalmente en los sistemas universitarios y en la propia formación profesional, unos contenidos, que permitan a los estudiantes de esas etapas formativas, una educación con unas materias relacionadas con las personas, con el planeta, la sociedad en general y con los propios negocios, en todo aquello que se relaciona con sus actividades y comportamientos.
Evidentemente, este proceso innovador científico y tecnológico que estamos viviendo es una gran revolución, que ciertamente nos ha proporcionado, y así seguirá, grandes beneficios en todos los ámbitos de nuestra vida. Pero al final, la tan importante Innovación, que incrementa la productividad de los recursos disponibles de una manera muy notable, no es otra cosa que un concepto económico-científico, que por cierto se busca con mucho dinamismo pero que en muchos momentos se olvida de las personas. Lo que estamos proponiendo es qué a lo económico y científico, señalado, se amplie a lo ético.
Confiando todo, al desarrollo tecnológico se corre un gran riesgo de frenar el desarrollo humano integral, sin el cual se estará impidiendo la libertad de las personas y los pueblos y, por supuesto, el ejercicio al derecho a su propio desarrollo. El hombre exclusivamente tecnológico no es feliz, necesita de “otros alimentos” menos materiales; aquí es donde toma fuerza lo que se podría llamar Desarrollo Ético, y que por supuesto, no está en contra del otro desarrollo, sino que lo refuerza. Solo buscando el equilibrio entre los dos, se puede avanzar y de paso evitar el subdesarrollo, el hambre, las desigualdades, la falta de coherencia y de la verdad, la corrupción en cualquiera de sus formas, el analfabetismo, las epidemias y muchas más cosas.
No hay otro camino que seguir introduciendo los valores éticos en todas las actividades, tanto sean profesionales, como políticas y personales, buscando de esta manera una sociedad más responsable y más justa. Los profesionales responsables no son ajenos a esta necesaria transformación y por eso, este trabajo va a presentar aquellas iniciativas que ayuden a todas estas personas a integrar la ética en todas sus actividades.
2.- Situación regulatoria en el ámbito de las organizaciones.
Estamos viviendo actualmente que para asegurar un desarrollo competitivo y eficiente, se considera necesario regular con todo tipo de disposiciones, en forma de normas decretos, leyes, directivas, reglamentos y un sinnúmero de aspectos a cumplir, de una manera obligatoria o voluntaria, engordando la burocracia, los cuales llegan a no permitir una gestión eficiente en las diferentes entidades, alargando los plazos de ejecución y aumentando los costes, con lo que la competitividad y rentabilidad, tan deseadas, desaparecen, obligado todo ello, por la necesidad de dedicar mucho tiempo y dinero, a esa negativa burocracia. Pero todo lo anterior no debería ser obstáculo para que se cumpla con lo establecido. Hasta se ha regulado el cumplimiento en general, más conocido como “Compliance”, que veremos más adelante.
Cierto es que la mayor parte de todas estas regulaciones deben ser cumplidas obligatoriamente por grandes empresas e instituciones importantes, que por aquello de la cadena de valor se trasladan a las PYMES, lo que habrá que dedicar algún tiempo a pensar si estas exigencias, a algo que no están obligadas, se puedan tratar de otra manera.
A continuación, vamos a reflexionar a través de estas líneas, sobre las regulaciones más habituales que están en vigor, dejando para otra ocasión, las importantes normas que se iniciaron con la ISO 9001 en el año 1978, sobre sistemas de gestión de la calidad, para seguirles la ISO 14001, sobre la gestión ambiental, la ISO 45001 sobre seguridad y salud laboral, el modelo EFQM y otras, ya muy conocidas en el ámbito empresarial.
2.1.- Responsabilidad social corporativa.
La responsabilidad social corporativa, RSC, es un concepto que en sus inicios ha sido conocido como RSE, Responsabilidad Social Empresarial, donde se ha cambiado la E de empresarial por la C de corporativa, cuyo nuevo modelo de gestión, basado como el anterior, en lo económico, lo social y lo ambiental, es exactamente igual que el inicial, RSE. Con este cambio poca innovación se puede apreciar.
Las empresas así lo han entendido y procuran difundir su interés por estas innovaciones, asegurando que su gestión es socialmente responsable.
Se trata de que nuestro trabajo se realice bajo principios éticos y de ahí que en estos últimos años la RSC se ha transformado en la ESG, de las siglas en inglés “Environmental, Social, Governance” y ha asumido contenidos relacionados con los valores personales y la ética profesional y empresarial. La organización Forética ha introducido en el mundo empresarial la norma SGE 21, auditable y certificable. Con esta norma se participa en el gobierno de la organización en base a una propuesta relacionada con la responsabilidad social, con un código de conducta, con una gestión ética y de riesgos, con una relación y diálogo con los grupos de interés, incluyendo una política anticorrupción, las auditorías internas, la revisión por la dirección y mejora continua, derechos humanos, igualdad de oportunidades y no discriminación, gestión de la diversidad e inclusión, seguimiento del clima laboral, salud y bienestar en el trabajo, innovación, responsabilidad, calidad y excelencia, información responsable de productos y servicios, cadena de suministro, compras responsables y homologación de proveedores, medición y evaluación del impacto social, programa de gestión ambiental, plan de riesgos y estrategia frente al cambio climático.
Estamos ante una RSC modificada, donde se ha sustituido la economía por la gobernanza, entendiendo que hay que identificar en las empresas aspectos relacionados con una eficiente gestión de las mismas, manteniendo lo social y lo medioambiental; con la gobernanza se integran otro tipo de cosas, como la dignidad, las personas, la prosperidad, el planeta, la justicia y las alianzas, entre otras se está pensando en el futuro. El negocio debe continuar mucho tiempo, lo que proporciona estabilidad, beneficios, puestos de trabajo, seguridad, en definitiva, prosperidad para la empresa y para el entorno social que le rodea, hoy conocido como grupos de interés.
Siempre se piensa que con una buena gestión y con unos buenos gestores, (que no abundan), todo funciona de una manera más eficiente, pero para ello, hace falta que se actúe bajo un enfoque ético, donde se priorice una rentabilidad moral sin olvidar una rentabilidad financiera, además y lo importante es, que la primera conduce a la segunda.
Para terminar este punto indicar que a partir de 2.024 ha entrado en vigor la Directiva 2.014/95/UE, conocida como la CSRD, (Corporate, Sustainability, Reporting), donde se trata todo lo relativo a los informes de sostenibilidad de las empresas y forma parte de las materias formativas que se proponen en este trabajo pensando en la transparencia.

2.2.- Objetivos de desarrollo sostenible, AGENDA 2.030. O.D.S.
El 25 de septiembre de 2.015 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, o como “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2.030 para el Desarrollo Sostenible”. El documento final fue aprobado por los 193 países que en esos momentos eran miembros de la ONU. En el Informe de síntesis propuesto por el Secretario General de las N. U., sobre la Agenda de Desarrollo Sostenible después de 2.015. “El camino hacia la dignidad para 2.030”, se dice:
“Debemos adoptar con decisión las primeras medidas que nos encaminen hacia un futuro sostenible, con dignidad para todos. Nuestro objetivo es la transformación. Debemos transformar nuestras economías, el medio ambiente y nuestras sociedades. Debemos cambiar nuestra forma de pensar, nuestra conducta y nuestros hábitos destructivos. Debemos apoyar la integración de ciertos elementos esenciales: la dignidad, las personas, la prosperidad, el planeta, la justicia y las alianzas.”
Como resumen, la propia Resolución de las Naciones Unidas, señalada al principio, presenta una serie de ámbitos de importancia crítica para la humanidad y el planeta:
- Las personas, ODS números: 1, 2, 3, 4, 5 y 10.
- El planeta, ODS números: 6, 7, 13, 14, y 15.
- La prosperidad, ODS números: 8, 9, 11 y 12.
- La paz, ODS número 16.
- Las alianzas, ODS número 17.
La Agenda 2.030, así conocida por el plazo establecido para conseguir los 17 objetivos y sus 169 metas, que por cierto parece que no se va a cumplir en los cinco años que quedan. Por ser de sobras conocidos estos 17 ODS y sus respectivas metas, dejamos aquí esta presentación de la Agenda 2.030.
2.3.- El pacto mundial.
Su nombre original es “The Global Compact”, aunque se le conoce como Pacto Mundial de las Naciones Unidas. Se trata de una Iniciativa de su Secretario General Kofi Anann. Su primera revisión se realizó en 2004, pasando de 9 a los 10 principios definitivos, incluyendo la Lucha contra la Corrupción, quedando su estructura en los siguientes apartados: Derechos Humanos, Normas Laborales, Medioambiente y Corrupción.
Se trata de un compromiso ético de carácter voluntario, que se integra en la estrategia de la empresa y en todas sus actividades. Los Diez Principios del Pacto Mundial son los siguientes:
- Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales reconocidos internacionalmente, dentro de su ámbito de influencia.
- Las empresas deben asegurarse de que eviten ser cómplices en la vulneración de los derechos humanos.
- Las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva, (convenios).
- Las empresas deben apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción.
- Las empresas deben apoyar la erradicación del trabajo infantil.
- Las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación.
- Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medioambiente.
- Las empresas deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental.
- Las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medioambiente.
- Lucha contra la corrupción: Las empresas deberían trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluyendo la extorsión y el soborno.
En estos Diez Principios es fácil intuir la trascendencia y la responsabilidad que tiene la formación de los diferentes profesionales. El mundo tecnológico se tiene que adaptar a estas nuevas fórmulas de gestión empresarial, si se quiere ser más rentable y competitivo.
2.4.- Compliance y diligencia debida.
Se trata del Cumplimiento de todo tipo de exigencias legales, normativas, propias y otras que se proponen para una gestión eficiente y de modo diligente. Aunque son dos aspectos diferentes, se complementan perfectamente.
Según el diccionario de la RAE, se entiende por diligencia como cuidado, prontitud, agilidad, competencia en la acción, de sobra conocido por todo el mundo y además es lo más actual de los sistemas de gestión de las empresas y se está incorporando a las mismas bajo el título “la debida diligencia en derechos humanos y medioambiente”, aspectos muy a tener en cuenta en los programas formativos.
Se busca una seguridad jurídica, ante la responsabilidad penal en la que se pudiera incurrir, por fallos o incumplimientos. De ahí que el Cumplimiento ya dispone de normas, como son la ISO 37001, sobre el antisoborno, la ISO 37301 sobre el Compliance Penal y antisoborno, junto a la norma UNE 19604 que se refiere al cumplimiento sociolaboral, y la ISO 37002, sobre canales de alerta o de denuncia y de lucha contra la corrupción.
Eso último ha llegado por medio de la Ley 2/2.023, de 20 de febrero, reguladora de la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción, (BOE del 21 de febrero de 2.023). Esta Ley pretende evitar represalias a los informantes, (denunciantes), daños de reputación, pérdidas económicas, etc., y para ello las empresas deben poner en marcha un Canal de Denuncias que sea fiable, legal y fácil de utilizar, garantizando la confidencialidad y que se destine para aumentar la confianza en el ámbito de la empresa y de paso se eviten sanciones económicas que pueden llegar hasta un millón de euros, al menos así lo describe el texto del BOE. Según esta regulación, se entiende como informante/denunciante, aquella persona que informa sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción. Lo que se busca es caminar por la vía de la Ética, aunque no parece que por esa carretera haya mucha circulación.
Para terminar este punto, señalar que no solo deben ser las empresas las que cumplan con estos planteamientos relacionados con los Derechos Humanos y el Medioambiente, se deberán aplicar también en las administraciones públicas, en sus diferentes actividades relacionadas con el servicio a la sociedad y a los ciudadanos. Por lo tanto, todo lo anterior habrá que conocerlo y aplicarlo también en las universidades.

2.5.- Economía circular.
Nadie puede negar la importancia de reciclar, reutilizar y minimizar los residuos, con lo que se pretende desarrollar un modelo más regenerativo, no lineal, eficiente y que favorezca a lo que llamamos sostenibilidad. En junio de 2.020 se publicó la “Estrategia española de la Economía Circular”, donde se decía que era necesario establecer cinco ejes de actuación en los siguientes ámbitos: producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias, reutilización y depuración del agua.
La Economía Circular es una cadena de valor que vuelve al punto de partida, es decir, se cambia lo lineal, que no termina en ninguna parte, por lo circular, que vuelve al principio. Pretende utilizar la menor cantidad de recursos, materias primas, agua, energía, etc.
Esta iniciativa “piensa” que todo tiene un valor, hasta los desperdicios. Nos plantean que antes de tirar algo a la basura, nos preguntemos que utilidad le podemos dar. Los consumidores también tenemos la responsabilidad de saber que muchas de las cosas de las que nos desprendemos, por diversos motivos, aún pueden tener un valor importante. La Economía Circular, no es otra cosa que actuar en todas las etapas del ciclo de vida, con eficiencia y que nos conduce por el camino de evitar el despilfarro, desde un punto de vista responsable socialmente, incorporando actividades como el reciclaje masivo, la reutilización e incluso la reparación de todo tipo de bienes, como se ha apuntado anteriormente. Con la Economía Circular se asume que aún podemos reciclar ese aparato y con ello, obtener una materia prima reutilizable.
El Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos 2016 – 2022, PEMAR, puede ayudar al desarrollo de esta nueva iniciativa y nuevamente insistimos en que la formación de los profesionales del futuro, lo deberán aprender en los centros educativos.
2.6.- Otras regulaciones.
OCDE: Las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales sobre Conducta Empresarial Responsable, son recomendaciones dirigidas conjuntamente por los gobiernos a las empresas multinacionales para mejorar la contribución empresarial al desarrollo sostenible y abordar los impactos adversos asociados con las actividades comerciales en las personas. El 8 de junio de 2.023 se ha publicado una nueva actualización.
TRANSPARENCIA Y GRI: El Global Reporting Initiative, conforma una serie de estándar que sirven de modelo para elaborar los Informes de Sostenibilidad, con el fin de poder comparar entre lo que elaboran las diferentes empresas. Sirve para todo tipo de organizaciones. Importante para una transparencia veraz.
INFORMACIÓN NO FINANCIERA: El Real Decreto Ley 18/2.017, sobre información no financiera, ya en su “exposición de motivos”, cita los informes GRI, (punto anterior) junto con otros marcos internacionales, con la obligación de incluir estas informaciones en sus memorias de sostenibilidad. Las Comunidades Autónomas también han legislado al respecto.
LEY DE CONTRATOS DEL SECTOR PÚBLICO. La RSE se incorpora a los requisitos a cumplir en las Contrataciones Públicas. Esto es muy importante, si se tiene en cuenta la dimensión económica de estos contratos, ya que suponen el 20 % del PIB de España. El Preámbulo de esta Ley 9/2.017, (8 de noviembre), señala que: se pretende lograr una mayor transparencia en la Contratación Pública y conseguir una mejor relación calidad-precio, mediante la inclusión de aspectos cualitativos, medioambientales, sociales e innovadores, vinculados al objeto del contrato.
CIBERSEGURIDAD: Se trata de la Directiva NIS2 de la Unión Europea con la que pretende crear un nivel común de ciberseguridad en todos los países miembros, armonizando medidas y enfoques para proteger la infraestructura digital y así prevenir los ciberataques. Con esta NIS2, se amplía el campo de aplicación de la anterior directiva NIS1, con más sectores, subsectores y tipos de entidades, afectando a medianas y grandes empresas, con independencia de su tamaño.
OTRAS INICIATIVAS: Señalamos algunas: Cumbres del Clima, Industria 5.0, Gobernanza del Bien Común, Transparencia Internacional y su IPC (Índice de Percepción de la Corrupción), Inteligencia Artificial, y otras muchas que no podemos incluir por limitación de espacio del artículo.
3.- Formación transversal para profesionales.
En general y después del Acuerdo de Bolonia, relativo a los Estudios Superiores; las Universidades y sus Centros Docentes deben incluir la adquisición, por parte del alumnado, de tres tipos de competencias o habilidades:
- Competencias específicas, son las que se relacionan directamente con cada área temática, propia de aquellas capacidades que correspondan con el Grado o Máster cursado.
- Competencias generales, son las que corresponden con las capacidades necesarias para el desarrollo de cualquier tipo de profesión o actividad, por ejemplo, el trabajo en equipo, o cómo hablar en público, etc.
- Competencias transversales, son las que se derivan de las actitudes y comportamientos de las personas.
Estas últimas son las que vamos a abordar en los siguientes puntos, divididas en: Formación Básica para la Empresa, Formación para la Prevención y Formación para Avanzar y Progresar. Por supuesto que todas ellas se destinan a la empresa y a las personas, como miembros de la sociedad y como profesionales de las mismas.

3.1.- Formación básica para la empresa.
Con esta formación se pretende dotar a los profesionales en formación, los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñar su trabajo de una manera responsable bajo los principios de la ética empresarial y de la integridad profesional.
MOTIVACIÓN Y COMPROMISO: Una empresa con personal motivado y comprometido es una organización que progresa, junto con sus empleados de una manera exitosa y es porque la motivación regula la conducta de los trabajadores para alcanzar el éxito en sus actuaciones laborales. Hay que aprender a utilizar la expresión “quiero estar motivado, y lo estoy, ya que tengo motivos para estarlo”. El compromiso es la consecuencia de la motivación por la que se ejecutan obligaciones contraídas personalmente con el interés de ser llevadas a cabo de una manera eficiente. Todo esto lo hace el talento y la práctica.
RESPETO: Se refiere a la consideración, acatamiento y hasta veneración a las personas, a los medios materiales y al planeta, que se corresponden con los grupos de interés más importantes de las diferentes organizaciones. Se trata de un valor muy importante de los seres humanos. La educación influye mucho en la forma de practicar el respeto.
DISCERNIMIENTO: Capacidad de las personas para que ante un dilema, se puedan evaluar las variables que se presenten y así poder tomar la decisión de poder aplicar la mejor. Alcanza a todos los ámbitos de la vida y con ella se pueda distinguir muy bien, la diferencia entre lo bueno y lo malo, en muchas ocasiones algo complicado actualmente.
EL TIEMPO Y SU UTILIZACIÓN: Es el bien más escaso del que disponemos, de ahí que no lo debemos dilapidar; cuantas veces habremos dicho que el tiempo es oro. Hubo alguien que dijo que “solo hay dos cosas que podemos perder, el tiempo y la vida, la segunda es inevitable, la primera es imperdonable”. Por la mala utilización del tiempo se incumplen los plazos de entrega, se aumentan los costes, se pierden clientes y el prestigio empresarial, con lo cual el negocio se tambalea, incluso puede desaparecer. En relación con el tiempo hay que añadir la puntualidad, algo que no es muy habitual en nuestro país. La productividad es la principal perjudicada por una utilización inadecuada del tiempo. En los sistemas educativos esta competencia transversal es la gran olvidada.
3.2- Formación para la prevención.
Está claro que “es mejor prevenir que curar”, por eso es necesario dotar de programas formativos para que esa idea se pueda aplicar en todos los ámbitos de nuestras vidas. Veamos algunas competencias a adquirir.
PREVENCIÓN EN GENERAL: Se pretende conocer con anticipación las diferentes situaciones que se pueden producir con el fin de eliminar o minimizar sus efectos negativos, para las personas, las empresas, la sociedad y hasta el propio planeta, trabajando para que no se produzcan o se minimicen. Un ejemplo claro es la prevención de la corrupción en cualquiera de sus formas. De ahí que se diseñen procedimientos para dejar constancia de cómo se deben hacer las cosas para no incurrir en riesgos.
DESPILFARRO: Se trata de una “enfermedad” cuyo virus favorece el gasto o consumo excesivo, no necesario, como consecuencia de no aplicar los principios de la Economía Circular. Con el despilfarro se va a menos, en cualquier circunstancia; todos intervenimos en este declive, sino se tiene muy claro qué y cómo se debe de consumir. Hay que prepararse para ello.
MEDIOCRIDAD Y ESTUPIDEZ: Estas dos “virtudes”, muy abundantes, causan más daño que la tan conocida corrupción. Entre la vulgaridad que genera la mediocridad y la torpeza para comprender, que de ello se encarga la estupidez, podemos alcanzar niveles de tontería muy altos que generan muchos problemas, en muchos casos inadvertidos, que demuestran la existencia de una clara decadencia de la raza humana y que solo se puede remediar por medio del estudio y del aprendizaje. Hay que “vacunarse” contra estas “cualidades”.
BUROCRACIA: En primer lugar, hay que señalar que es muy difícil, que con la gran cantidad de regulaciones y normas que se están aplicando, se pueda reducir la burocracia, que poco aporta a la gestión de las empresas, aunque se considere necesaria. A través de los diferentes sistemas de gestión empresarial, se pueden alcanzar niveles aceptables de la costosa burocracia. La digitalización reduce el número de papeles, pero no se alcanzan buenos resultados, ya que la documentación sigue sosteniendo las mismas etapas de los diferentes procesos de las empresas. En muchos casos se pierde eficiencia dando respuesta a una farragosa democracia. Se necesita una buena formación que traslade a los futuros profesionales la importancia de hacer las cosas de la manera más simple posible.
3.3.- Formación para avanzar y progresar.
Se trata de desarrollar capacidades personales que permita pensar en el futuro de la empresa con la finalidad de avanzar y progresar, es como cuando se pregunta a los niños ¿Qué quieres ser de mayor? Pues eso es lo mismo para la empresa. A continuación se presentan los siguientes, aunque podrían ser muchos más.
ADAPTACIÓN AL CAMBIO: Hay una resistencia al cambio a pesar de que es de lo que se nutre la mejora. Para poder avanzar es necesario cambiar las cosas y esto es responsabilidad de todos: proponer cambios, lo que supone disponer de un capital en las empresas que puede proporcionar beneficios muy sustanciosos, pero esto no quiere decir que se acepten todas las propuestas que se presenten, algunas pueden no ser adecuadas. Para evitar que las propuestas sean frenadas, es imprescindible se estudien todas y se conteste con la aceptación o el rechazo de las mismas; para todo ello hace falta que la formación de los profesionales que estudien las propuestas sean personas con una predisposición muy amplia para la escucha, solo así se podrán tratar las propuestas de cambio. A su vez, el R.D.1.393/2.007, de 29 de octubre, (Modificado parcialmente por el artículo 14 del R.D.420/2.015), por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, señala igualmente “Se debe tener en cuenta que la formación en cualquier actividad profesional, debe contribuir al conocimiento y desarrollo de los Derechos Humanos, los principios democráticos, los principios de igualdad entre mujeres y hombres, de solidaridad, de protección medioambiental, de accesibilidad universal de las personas discapacitadas y diseño para todos, y de fomento de la cultura de la paz” de una manera eficiente. Cuando esto se hace sin tener en cuenta la importancia de los cambios, se suelen rechazar éstos con mucha frecuencia y esto no es bueno. Se necesita una formación de los profesionales que hoy no figura en los programas formativos.
INICIATIVA E INNOVACIÓN: La innovación es la “i” minúscula de las siglas I+D+i, que también coincide con la “i” de iniciativa, siendo ambas la base de los objetivos empresariales que se pretenden alcanzar de un modo que sean rentables, competitivos y duraderos. Por supuesto que con la investigación también se pueden conseguir, pero utilizando la ciencia, que en muchas empresas sus finanzas no dan de sí para poder realizarla; se presentan la iniciativa y la innovación, siendo la primera necesaria para la segunda. La iniciativa tiene relación con las propuestas de mejora y supone que permita empezar a ser el primero en algo, lo que es muy importante. La innovación puede considerarse como el efecto que causa la iniciativa y en el mundo empresarial, así los bienes y servicios se hacen más competitivos. El desarrollo de estas dos actividades, siempre deben realizarse bajo los principios de la ética empresarial. El dominio de estas competencias, deberían contemplarse en los programas educativos.
DIGITALIZACIÓN: Las nuevas tecnologías se centran en cuestiones que nos sorprenden por los avances que se están produciendo, como es el caso de la explosiva presencia de la inteligencia artificial, las impresoras 3D, la domótica y otras innovaciones de carácter digital, pero también se olvidan, en muchos casos, de las personas y de su seguridad. Es evidente que todo lo anterior es muy positivo y necesario, pero hay que integrar esos avances tecnológicos con el desarrollo humano, centrado en valores éticos, con la ausencia de ellos, se corre el riesgo de perder todo lo que de favorable tienen los avances señalados, de esta manera, no llegará nunca a beneficiar a las personas, a la sociedad, ni a las empresas. Así aparece la corrupción con todas sus variedades, los ciberataques y otras “virtudes”, que ocasionan enormes pérdidas. Por eso la formación de los profesionales en materia de digitalización debe incluir algunas nociones relativas a la ética.
INTEGRIDAD Y SUPERACIÓN: La calidad de los profesionales, entre otras cualidades se sitúan estos dos conceptos que facilitan la creación de sistemas de gestión basados en el bien común; el respeto a sí mismos y a los demás, generan actitudes honradas y honestas, incluyendo la puntualidad, como una mala utilización del tiempo propio y el de los demás, genera pérdidas ante la falta del cumplimiento de los plazos comprometidos; se suele decir que se trata de una persona completa. Es la mejor “arma” para luchar contra la corrupción y ofrece la posibilidad de ser un testimonio para los demás, influyendo la transmisión de valores éticos. La superación es un proceso de transformación personal para desarrollar nuevos comportamientos y actitudes y de paso, facilita alcanzar el éxito profesional, aunque para ello se debe ser capaz de superar los obstáculos y los problemas con los que nos vamos a encontrar. Por todo ello, los programas formativos deben contemplar estos aspectos tan personales.
4.- Para terminar.
Como se puede comprobar con todo lo anterior, se han presentado ideas suficientes para poder entender la necesidad que hay, de no olvidar en la formación de los profesionales, (y de todos), materias que nos ayuden a crear un mundo mejor, que se desarrolle bajo los principios de la dignidad y de la ética.
Los estatutos de las universidades señalan que la formación se basa en competencias, incluso en las transversales, (visto en el punto 3.3), pero esto no se corresponde con las materias para su estudio, con lo cual, estamos ante el dilema de que “cuando la teoría no se corresponde con la práctica, peor para la teoría”, es decir, buenas ideas, pero no se aplican. A las competencias transversales no se les presta mucha atención y así nos va.
Con este trabajo se pretende sensibilizar a empresas y otras organizaciones, para que se genere un cambio y se incorporen materias con carácter obligatorio y para todos en los programas formativos de los diferentes niveles educativos, por eso incluimos el siguiente comentario que hizo D. Santiago Ramón y Cajal:
EL MÉDICO QUE DE MEDICINA SOLO SABE, NI DE MEDICINA SABE.
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