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Abr 28, 2025 | REVISTA

✦ Lo que no parece liderazgo… es liderazgo. El impacto de las pequeñas acciones

Ramón Maurel Pascual

Mentor senior, formador y conferenciante en liderazgo

¿Y si lo más poderoso que haces como líder es algo que ni siquiera notas?

En el liderazgo, no hay acciones neutras. Lo que no suma, resta. Y lo que parece pequeño, en realidad, tiene un impacto enorme.

Estamos tan obsesionados con los grandes proyectos, las decisiones estratégicas y las transformaciones disruptivas… que se nos olvida lo esencial: liderar no es un acto grandilocuente que ocurre de vez en cuando. Es algo que hacemos (o dejamos de hacer) cada día, en cada conversación, en cada gesto.

Y ahí es donde se juega de verdad el partido del liderazgo que muchos pierden antes de salir al campo: en lo cotidiano, puesto que nunca se ocupan de ello, por creer que algo no está a su altura. Un típico error de manual.

“Los grandes líderes no cambian el mundo en una reunión. Lo cambian en cada conversación.”

 

Lo cotidiano moldea la cultura

La cultura de una organización no se construye en los PowerPoints.

Se construye en los pasillos. En el tono de un correo. En una mirada cuando alguien comete un error. En cómo reacciona el líder cuando alguien propone algo fuera de lo habitual.

Una empresa puede tener como valor “la innovación”, pero si cada vez que alguien plantea algo nuevo recibe una mueca, una broma o un “esto aquí no funciona”, el mensaje está claro: lo que cuenta no es lo que decimos, sino lo que hacemos todos los días.

La cultura no la marca la dirección general. La marca el día a día.

“Si no impactas en lo pequeño, olvídate de lo grande.”

 

Liderar es una repetición de pequeñas cosas

La coherencia no se demuestra en los momentos de gloria, sino —y sobre todo— en los detalles más mundanos.

Un líder que escucha sin mirar el móvil, que saluda a las personas por su nombre, que cumple lo que promete (aunque nadie le pida cuentas…) es un líder que transforma, sin necesidad de discursos.

Pensamos que el liderazgo se gana con decisiones importantes.

Y sí, claro que importan las grandes decisiones.

Pero lo que más influencia tiene en un equipo es lo pequeño que se repite.

Lo pequeño que humaniza.

Lo pequeño que transmite respeto.

“Sólo quien respeta, merece el respeto de los demás.”

 

Lo que parece pequeño, no es irrelevante

Un comentario que desvaloriza.

Un plazo que no se cumple.

Una broma que ridiculiza.

Un silencio donde hacía falta una palabra.

Todo eso deja huella.

Hay líderes que, sin darse cuenta, son auténticos Miguel Ángel en el arte de esculpir la desmotivación: interrumpen a todos, responden con sarcasmo, nunca reconocen un error, y solo aparecen para exigir.

Asombrosamente, luego se preguntan por qué baja el compromiso, por qué no hay ideas, por qué todo cuesta tanto…

La coherencia cotidiana inspira

La mayor fuerza del liderazgo es la coherencia diaria.

Decir que confías en tu equipo y luego pedir que te copien en todos los correos es una contradicción.

Hablar de autonomía y luego aprobar cada mínima decisión, también.

Predicar con valores que no se viven es una forma silenciosa de destruir la credibilidad.

La coherencia no se declara. Se vive. Y se nota.

“Lo que haces sin darte cuenta es lo que más cuenta.”

 

No hacen falta presupuestos. Hace falta consciencia

Lo más transformador no es lo más caro. Es lo más humano.

Escuchar de verdad. Agradecer sin protocolo. Pedir disculpas sin justificarte.

Mostrar interés genuino por la persona, no solo por el rol.

No se trata de añadir tareas, sino de estar más presentes en las que ya hacemos.

No se trata de inventar nuevas acciones, sino de poner intención en las que ya tenemos.

 

El efecto multiplicador

Las pequeñas acciones coherentes son altamente contagiosas.

Un líder que reconoce, inspira a otros a hacer lo mismo.

Un líder que escucha, enseña a escuchar.

Un líder que cuida los detalles, activa una cadena de respeto que atraviesa toda la organización.

Lo pequeño genera cultura. Y la cultura, con el tiempo, lo cambia todo.

“Liderar es repetir lo que importa.”

 

7 microacciones con impacto inmediato

Como siempre, te propongo cerrar este artículo con una lista de pequeñas acciones que puedes aplicar desde hoy, sin pedir permiso y sin esperar el momento perfecto.

Porque liderar no es otra cosa que decidir cómo te comportas… una y otra vez.

  1. Pregunta de verdad cómo está la gente…

…y escucha sin mirar el reloj.

  1. Agradece sin motivo especial.

Lo cotidiano también merece un “gracias”.

  1. Corrige con respeto.

El sarcasmo no es liderazgo, es inseguridad disfrazada y violencia de baja intensidad.

  1. Admite tus errores.

Ser vulnerable no te debilita. Te vuelve creíble.

  1. Cumple tu palabra, incluso (y muy especialmente) en lo pequeño.

Lo prometido, aunque sea mínimo, construye reputación.

  1. Cede protagonismo.

Da visibilidad a otros. Eso también es liderar.

  1. Evita hacer de lo urgente una excusa para no cuidar lo importante.

Las prisas no justifican la mala educación.

 

Cierra tú el círculo

Las organizaciones no cambian porque se declare el cambio.

Cambian cuando sus líderes cambian lo que hacen cada día.

Si diriges un equipo, tienes un superpoder: el de impactar la vida de otros a través de tus acciones cotidianas.

No hace falta que hagas algo heroico. Sólo haz lo pequeño… pero hazlo con grandeza.

Porque liderar desde lo cotidiano no es menos ambicioso.

Es, simplemente, más real.

 

¿Qué vas a repetir mañana, sabiendo que eso también es liderar?

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