En este libro la idea principal es saber discriminar cuando estás jugando un juego finito y cuando uno infinito. Es un concepto muy sencillo, pero el hecho
de que la gente no lo tenga claro hace que se produzcan muchos conflictos y problemas innecesarios.
Hay juegos que son finitos: un partido de baloncesto, una carrera de coches en la cual hay un ganador, algún perdedor y otros con distintos resultados.
La gestión de una empresa, así como la vida, son juegos infinitos. El juego de la empresa no se acaba con los resultados de un año. La vida no se acaba
cuando uno se gradúa. No hay ganadores en los juegos infinitos, son juegos permanentes.
Por este motivo es importante saber que cada tipo de juego tiene sus reglas determinadas, y si jugamos los infinitos con las reglas de los finitos nos estaremos
equivocando y pudiendo causar mucho daño.