El Modelo EFQM, ahora renovado, es más válido que nunca porque ofrece un enfoque ágil y flexible que permite responder a la crisis actual provocada por la COVID-19 facilitando un marco para gestionar las organizaciones de forma global y estructurada. ¿Cuáles son sus claves?
– Cultura: Desde el punto de vista del Modelo EFQM, mantener una cultura sobresaliente es la mejor forma de gestionar e inspirar a las personas que trabajan en una misma organización. Especialmente para generar el propósito, esencial para desarrollar estrategias exitosas, y un valor sostenible.
– Liderazgo: Se aboga por un enfoque de líderes a todos los niveles que garanticen una toma de decisiones eficaz, así como la colaboración y el trabajo en equipo.
– Transformación y funcionamiento: Dos puntos que no tienen sentido si se separan, ya que son imprescindibles para preparar a la organización para el futuro a corto, medio y largo plazo.
– Flexibilidad: Como no hay dos organizaciones iguales, el Modelo ha sido definido para ser flexible y adaptable a cualquier caso, independientemente del tamaño o sector de actividad al que se dedique.
– Inteligencia predictiva: El Modelo EFQM ha sido diseñado a partir de años de experiencia en mercados cambiantes. Ha permitido comprender los beneficios del análisis organizativo, la previsión futura y la inteligencia predictiva para impulsar la verdadera transformación.
El Modelo se divide en tres grandes bloques con los que se intenta responder a una serie de preguntas básicas: por qué existe la organización, qué propósito cumple y cuál es su estrategia (Dirección); de qué manera va a llevar a cabo esa estrategia y cómo va a cumplir su propósito (Ejecución); qué ha logrado hasta la fecha y qué hitos quiere alcanzar en el futuro (Resultados).
Todo ello ha de ayudar a la corporación a: definir un propósito; dirigir un programa de transformación transversal; construir nuevas capacidades; prepararse para el futuro; abordar el cambio con éxito; y gestionar la disrupción.