De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, las grandes inversiones en energías renovables e infraestructuras que se realicen hasta 2030 serán cruciales para sentar las bases de una transición energética exitosa que permita acercarse al objetivo de emisiones netas cero en 2050. “Queda una cantidad limitada de CO2 que aún puede emitirse para contener el calentamiento global al objetivo del Acuerdo de París”, explica el informe. Este objetivo “es fundamental para evitar umbrales de calentamiento global que conduzcan a un cambio climático irreversible, en el que los casquetes polares se derritan, los ecosistemas se colapsen y el suministro de alimentos y agua se vea gravemente perturbado. No hay tiempo que perder con la transición energética, cada año cuenta”, añade.

De acuerdo con las estimaciones contenidas en el informe, en 2023 se invirtieron 2,8 billones de dólares en el sector energético de los cuales el 60% se destinaron a energías limpias y el 40% a energías fósiles. Para alcanzar los escenarios base de una transición energética efectiva, los niveles de inversión en energías límpias deberían situarse entre los 3,8 y los 4,7 billones de dólares en 2030 y transicionar hacia el abandono de las inversiones en fósiles. El aumento será necesario sobre todo en las economías emergentes y en desarrollo: actualmente, el 90% de las inversiones en energías limpias tienen lugar en China y en las economías avanzadas.

El informe incide en que la transición energética debe construirse en torno a tres grandes tendencias: la eficiencia energética, la electrificación y la reducción del uso de combustibles fósiles. La intensidad de estos tres cambios estará marcada por tres factores principales: la intervención gubernamental con planes claros y plazos de cumplimiento, el acceso a la financiación publica y privada y el progreso tecnológico. En los próximos años será necesario que las tecnologías existentes y comercialmente viables alcancen un uso generalizado a gran escala e innovar para descarbonizar los sectores industriales pesados y el transporte de larga distancia.

El informe señala que la invasión rusa de Ucrania introdujo argumentos de seguridad energética que están acelerando el despliegue de energías limpias, en Europa, Estados Unidos, China, India o Brasil. En concreto, la evolución de China será especialmente crucial. Por el lado de la demanda, el interés de China por la propiedad y las infraestructuras está disminuyendo porque ya hay suficientes edificios, carreteras, puentes, aeropuertos y puertos. El crecimiento futuro de la economía china se basará más en el consumo, lo que ralentizará significativamente la evolución de la demanda de energía y las emisiones de CO2. Por el lado de la oferta, las autoridades chinas se han volcado en la fabricación de alta tecnología, incluida la energía solar fotovoltaica y los vehículos eléctricos.

La competitividad de las energías limpias es una condición necesaria para la transición energética. Su despliegue debería generar beneficios de escala que se traduzcan en precios más bajos. Además, la innovación tecnológica, la sustitución de materiales y la mejora de la eficiencia deberían reducir aún más los costes para generar un círculo virtuoso que acelere su implementación.