Este es un libro de sentido común. La casi infinita lista de consejos que nos regala su autor demuestra que la creatividad es mucho más un hábito que un don, y que depende tanto más de nuestra voluntad que de la inspiración. Esta es una enseñanza enormemente valiosa para un tiempo que adora a la innovación como el nuevo Dios del progreso. Lo que Agustín Medina, autor del libro, propone es que no es tan difícil, que basta con trabajo y dedicación.
¿Por qué, entonces, resulta tan poco frecuente la costumbre de la creatividad en la mayoría de las compañías? Está claro que no hay una sola respuesta a un problema tan complejo, pero parte de la causa se podría buscar en el predominio absoluto de la cultura de la eficiencia. El que todo deba ser comprobado, medido, evaluado y previsto acaba generando climas poco fértiles. Y el talento, siento frecuente, necesita de un hábitat determinado para prosperar.
Puede parecer que se trata de un libro dedicado a individuos, pero debería ser de obligado consumo para aquellas corporaciones que no acaben de entender por qué no están consiguiendo de sus equipos todo lo que supuestamente podrían esperar.