El 80% de las compañías considera que el contexto geopolítico y escenarios derivados, durante los últimos dos años, han tenido un impacto alto o muy alto en su negocio. Sin embargo, sólo una de cada cuatro reconoce que tenía identificados los riesgos geopolíticos con anticipación y contaba con una lectura y análisis de su impacto potencial en el negocio.

Así se desprende del informe que ha publicado Hill+Knowlton Strategies España, consultora de Relaciones Públicas y Asuntos Públicos, a partir de una encuesta realizada entre más de una veintena de empresas para analizar cómo la geopolítica ha impactado en su actividad –concretamente en sus mapas de riesgos y adopción de nuevos mecanismos de gobernanza y recursos– y cómo éstas se han preparado y piensan hacerlo de cara al futuro.

Los escenarios geopolíticos configurados desde inicios de 2022, a raíz de la invasión de Ucrania o la guerra comercial entre China y Estados Unidos, han obligado a las organizaciones a replantear sus estrategias de negocio y actuaciones. Una tercera parte de las compañías admite que habría necesitado de más prospectiva y capacidad de interpretación de los riesgos y escenarios de crisis para la toma de decisiones empresariales, aun contando con información de los mercados en los que opera.

 

La geopolítica, un factor que acelera y tensiona los riesgos “clásicos”

La principal consecuencia que el contexto geopolítico ha tenido en el negocio de las compañías en España, durante 2022 y el primer semestre de 2023, ha sido el incremento de afectaciones en la cadena de suministro y en los procesos de producción. Preguntadas por cuáles han sido los factores de mayor impacto, un 74% de las compañías coincide en señalar el encarecimiento de las materias primas, la indisponibilidad de alguna de ellas y el aumento del precio de la energía.

Los nuevos escenarios geopolíticos han puesto sobre la mesa riesgos que parecían estar relativamente bajo control o muy delimitados, en unos mercados que el 62% de las empresas coinciden en señalar como bastante o muy volátiles. Esto puede explicar, en parte, que para una de cada cuatro compañías la amenaza de cambios regulatorios o en las relaciones comerciales que condicionaran la evolución del negocio fuera la principal preocupación durante el pasado 2022. Un 60% reconoce que las tensiones entre países les han obligado a examinar y adaptar sus estrategias y actuaciones, mientras que cerca de la mitad tuvo que revisar su presencia y operaciones en determinadas regiones debido a la conformación de nuevos centros de poder.

 

La gestión proactiva del riesgo: nuevas formas de gobernanza y recursos para anticiparse

Con la vista puesta en los próximos cinco años, los riesgos geopolíticos y vinculados a la incertidumbre económica, junto con los medioambientales y tecnológicos, se sitúan como prioridad para las compañías a la hora de asignar recursos. Si se pone el foco en la asignación de recursos dedicados a la gestión de eventualidades derivadas de la geopolítica, en 2022, un 48% destinó más recursos de los previstos inicialmente, mientras que este año sólo un 19% afirma haber asignado una cantidad superior en comparación con el ejercicio anterior.

A la luz de los resultados de la encuesta y percepciones de los participantes, la prospectiva y la capacidad de análisis e interpretación se convierten en claves para la gestión proactiva del riesgo por parte de las organizaciones. A ello se le suman la necesidad de contar con información fluida y datos actualizados procedentes de los mercados en que operan, en la media en que esto les permite tomar decisiones bien informadas.

Manuel Muñiz, miembro del Consejo Asesor de Hill+Knowlton España y Provost de IE University, contextualiza estos datos en el marco geopolítico actual. “Han sido tres décadas de fuerte integración económica y una globalización acelerada que, ahora, se ve sustituida por una desglobalización regional parcial y en el que se imponen los criterios de riesgo e incertidumbre. Este nuevo paradigma, que afecta tanto a los ámbitos público y político como empresarial, exige de más musculatura de monitorización, capacidad de análisis y prospectiva para planificar estrategias de prevención y reacción ante entornos que pueden cambiar de manera muy repentina y acelerada. Esto conlleva una revisión de las dimensiones de los equipos y servicios y el establecimiento de
nuevos procedimientos”.

La contratación de asesores externos para comprender el entorno geopolítico y de servicios para el análisis y evaluación constante de riesgos, junto con la definición de nuevos procedimientos internos y comités ad-hoc, han sido las tres medidas más relevantes para afrontar los desafíos derivados del entorno geopolítico. Además, un 41% de las empresas considera que la estructura de las organizaciones y equipos ha de ser más flexible y la comprensión del negocio más transversal para afrontar más eficientemente las crisis.

Los resultados del informe ponen de manifiesto que, ante una realidad geopolítica cada vez más volátil y sujeto a cambios impredecibles, las compañías necesitan de una preparación más efectiva y agilidad para comprender el entorno y acceder a la información. A tenor de su valoración, las fortalezas destacadas para atenuar los potenciales impactos en sus operaciones son un marco mental flexible y ágil, la monitorización constante de los riesgos emergentes y la implementación de protocolos de prevención y respuesta sólidos.