SOERMAR (Sociedad para el Estudio de los Recursos Marítimos) advierte que la escasez de algunos perfiles profesionales puede ralentizar el desarrollo del sector de la construcción naval, por lo que necesita atraer tanto a talento experto en nuevas tecnologías y mercados emergentes relacionados con los nuevos combustibles, la eficiencia energética, la sostenibilidad y la eólica offshore como a empleados con formación profesional en perfiles más tradicionales.

Así, recuerda que el naval es uno de los sectores con más escasez de mano de obra en nuestro país y que, además, en 2030 se jubilarán el 40% de los trabajadores actuales. A lo que añade que debe afrontar ya retos que son una gran oportunidad, en especial, para los astilleros y los armadores, como el desarrollo de los parques eólicos marinos, según la hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina del Ministerio para la Transición Ecológica, que establece un objetivo de entre uno y tres GW de este tipo de energía en el horizonte de 2030, así como su descarbonización y digitalización.

Para abordar esos desafíos, a la habitual necesidad de perfiles relacionados con las nuevas tecnologías, que comparte con todo el tejido empresarial, tanto industrial como de otra índole, hay que añadir otras ocupaciones que por su especial dureza carecen de profesionales para ejercerlas. En este sentido, SOERMAR recuerda que la encuesta para el proyecto de la Unión Europea ‘Upskilling Shipbuiding Workforce in Europe’ ha identificado algunas de las ocupaciones que tienen alta demanda en la actualidad y que la seguirán teniendo de aquí a 2030. Entre ellas, diseñadores y técnicos de impresión 3D, ingenieros de sistemas, expertos en ciberseguridad, ingenieros industriales, arquitectos navales, soldadores, mecánicos de astilleros, pintores navales, electricistas, supervisores de montaje, armadores, instaladores de tuberías, torneros o técnicos en electrónica. Muchos de estos puestos aparecen también en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y de portales de búsqueda de empleo.

En este mismo sentido, la Sociedad para el Estudio de los Recursos Marítimos detalla que, concretamente, entre los perfiles más demandados por el sector naval se encuentran los mecánicos navales, montadores, caldereros navales, delineantes, diseñadores 3D/4D, arquitectos navales y gestores de proyectos. Y subraya la escasez de analistas de datos ingenieros/as informáticos, perfiles relacionados con la inteligencia artificial y el llamado Internet de las Cosas (IoT), programadores/as web, perfiles de ciberseguridad o arquitectos/as Cloud en la actividad relacionada con la tecnología.

Por este motivo, SOERMAR considera que la atracción de mano de obra al sector industrial marítimo es un reto que urge afrontar para no frenar su competitividad. Asimismo, estima fundamental que las Administraciones públicas promuevan políticas y dediquen esfuerzos y recursos a la formación de empleados cualificados.

“En SOERMAR consideramos que es muy grave la escasez de empleados para cubrir puestos cualificados en un país donde hay casi tres millones de parados y tenemos claro que, sin medidas de apoyo, nuestro sector, el marítimo, puede perder, aparte de talento, capacidades clave y algo tan importante como la transferencia del conocimiento. Por este motivo, apoyamos la formación y las prácticas en los astilleros a través de la Cátedra Empresa SOERMAR que tenemos en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid”, explica Eva Novoa, su directora general. Además, apuesta por realizar de forma conjunta en el sector la formación en nuevas habilidades, “ya que es muy difícil que las empresas la puedan afrontar individualmente”, para llevar a cabo la transición verde y la de la Industria 4.0, que son el objetivo de la Estrategia de la Industria de la UE y la Estrategia de Movilidad Inteligente y Sostenible para 2030. Y concluye que “el naval es un sector con futuro, que requiere profesionales cualificados, con implicación, compromiso y dedicación”.

El proyecto de la UE citado más arriba estima también que en los próximos cinco años será necesario formar a unas 200.000 personas en habilidades específicas para que trabajen en el sector, y que será necesario atraer a 230.000 empleados antes de que finalice la década, lo que requerirá una inversión público-privada de 1.000 millones de euros. Así se podrán cubrir las necesidades de sus 300 astilleros, una industria que genera actualmente más de un millón de puestos de trabajo (entre directos e indirectos), de los cuales solo el 20% están ocupados por mujeres, y tiene una producción anual de 125.000 millones de euros.