Agilidad, eficiencia y adaptabilidad son algunas de las principales características que cualquier empresa que quiera liderar su sector necesita hoy en día, especialmente en el entorno actual de ciclos acelerados que impulsa la tecnología. Según una encuesta de Big Data and AI Survey de 2019, más del 90 % de los ejecutivos reconocen que necesitan inteligencia artificial (IA) para aprovechar el poder de los datos y transformar sus organizaciones para dar respuesta ágil a sus clientes y consumidores. Por eso, para las organizaciones se convierte en fundamental establecer formas de trabajo que les permitan trabajar con impacto.

Pero ¿cómo garantizamos que una empresa sea eficaz y que sus equipos estén conectados a las prioridades de compañía? Esta es, probablemente, una de las preguntas que la mayoría de los líderes y empleados se han hecho cada día después del boom de digitalización. De hecho, desde el covid-19, no hay empresa que no haya reaccionado adoptando Teams, Slack, Trello, Slack, Jira, Zoom, Basecamp o herramientas similares para encontrar la manera de simplificar y optimizar su forma de trabajar. Sin embargo, estas herramientas por sí mismas no son suficientes para tener un sistema que ayude a las empresas a responder y entregar valor con agilidad ante las necesidades de los clientes.

Las herramientas tecnológicas, implementadas aisladamente, no tienen impacto porque están aisladas del desarrollo del negocio y no cambian la forma de trabajar, sino la forma cómo nos comunicamos, el canal. Por eso, desde ActioGlobal, cocreamos ways of working adaptados a cada organización, cerrando la brecha real entre la estrategia y la ejecución del día a día en entornos de trabajo presenciales, remotos e híbridos.

Estos way of working se basan en 4 impulsores fundamentales, fruto de la experiencia internacional en más de 250 transformaciones,  que han ayudado a las compañías a adaptarse, diferenciarse y fomentar el crecimiento empresarial y humano. 1) Propósito y priorización progresiva, una primera etapa donde ponemos el foco en la organización de prioridades del negocio, es decir, la empresa se centra en aquello que impacta positivamente en los clientes de la organización y es salvajemente importante para su crecimiento,  2) Empoderamiento de ecosistemas de equipos de alto impacto autoorganizados, el eslabón centrado en organizar el talento interno en un ecosistema de equipos autoorganizados para conectarlo con las prioridades e impactar en los objetivos, 3) Alineamiento y adaptación, donde todos los miembros que conforman los distintos equipos se sincronizan, colaborando, para alcanzar las prioridades compartidas. Este tercer punto, por tanto, se concentra en desarrollar una gobernanza basada ​​en rituales que alinean a toda la empresa con transparencia radical, es decir, fomentando una cultura de retroalimentación para que las personas aprendan a intercambiar opiniones de manera constructiva y asumir que lo mejor que puede hacer por un compañero es desafiarlo de manera positiva y sincera para ayudarlo a desarrollarse y mejorar. Por último;  4) El cuarto y último impulsor, sería conocimiento para experimentar e innovar. Se desarrolla un entorno de seguridad psicológica en el que los equipos se sienten empoderados para tomar decisiones rápidas e innovar. Desde esa experimentación continua, aprenden, manteniendo las prácticas que funcionan mejor, e iterando en el uso de las que no han funcionado para optimizar y mejorar en su entrega de valor al cliente.

Gracias a que todas y cada una de las personas de la compañía tiene claridad sobre los objetivos y que los equipos autoorganizados ponen su talento orientado al impacto, se rompen los tradicionales departamentos, dando lugar a unidades de trabajo innovadoras, transversales y dinámicas. Los equipos determinan por sí mismos las iniciativas que quieren llevar a cabo para lograr los objetivos y miden su progreso basándose en los datos. Con este sistema operativo interno, los líderes ya no actúan como managers, sino que intervienen al servicio de las personas, asumiendo un rol de asistencia constante para facilitar el logro de las metas de cada equipo y desbloqueando cualquier posible obstáculo.

Estos cuatro impulsores son la clave que está permitiendo que organizaciones como PepsiCo, Danone, Unilever, Eroski o Angelini Pharma, entre otras, tengan formas de trabajar propias y estén consiguiendo resultados superiores en términos de crecimiento de mercado, velocidad de respuesta a usuarios y consumidores, capacidad de ejecución estratégica y compromiso de los equipos que conforman la organización.