Mujeres extranjeras, racializadas, en paro, homosexuales, que viven en la España vaciada o que tienen una discapacidad. La lista es larga y, sin embargo, muchas de las políticas de igualdad españolas y sus herramientas perciben al conjunto de las mujeres como un sujeto único que no representa la enorme diversidad de la sociedad.

Esta es la premisa de la que parte A veces pienso que no encuentro mi lugar: propuesta para el análisis y la incorporación de una perspectiva interseccional en los planes de igualdad de género, la tesis doctoral de Fabio Zamarreño Méndez, profesor colaborador del máster universitario de Dirección y Gestión de Recursos Humanos y del máster universitario de Análisis Político, ambos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). El trabajo está codirigido por Milagros Sáinz, investigadora líder del grupo Género y TIC (GenTIC), del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), centro de investigación de la misma universidad.

Con esta tesis, Zamarreño analiza la situación laboral de mujeres extranjeras, racializadas, lesbianas y con discapacidad en la provincia de Barcelona, así como la presencia de la interseccionalidad en la literatura académica, la legislación y los planes de igualdad. Además, hace una propuesta para crear planes de igualdad con un enfoque multidimensional, que tengan en cuenta las vulnerabilidades y las necesidades específicas de todas las mujeres.

 

La importancia de una perspectiva interseccional

El término interseccionalidad hace referencia a un enfoque analítico que señala que factores como la pobreza, la etnia, la clase social o la orientación sexual, entre otros, están interrelacionados e influyen en las desigualdades sistémicas y la injusticia social, como por ejemplo la desigualdad de género.

Sin embargo, de acuerdo con Zamarreño, existe una laguna en los planes de igualdad del área provincial de Barcelona: ninguno incluye el concepto de interseccionalidad de una forma sólida, y la legislación no aporta herramientas o instrumentos para que las organizaciones puedan hacerlo. Por tanto, existe un vacío en los ámbitos académico, legislativo y organizacional.

“Solo un grupo reducido de mujeres se beneficia de las mejoras que suponen las políticas de igualdad en el ámbito del trabajo. Además, se percibe al conjunto de las mujeres como un sujeto único, irreal, abstracto, que no representa de ninguna forma la enorme diversidad de las mujeres que trabajan”, explica Zamarreño.

“Otras discriminaciones o dificultades que intersectan con el hecho de ser mujer están invisibilizadas y no existen herramientas para atenderlas. Esto impide a las trabajadoras desarrollar al máximo sus capacidades y a las empresas encontrar el talento que necesitan. Supone una ruptura de la justicia social e impacta negativamente en los niveles de bienestar organizacional de la mayoría de las mujeres”, señala.

De acuerdo con el profesor de la UOC, la publicación de la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación, ha supuesto un avance importante para los planes de igualdad respecto a la situación anterior. Sin embargo, no da herramientas suficientes para que las empresas puedan hacer cambios que tengan verdaderamente en cuenta todas las situaciones de discriminación y vulnerabilidad que afectan a las mujeres.

“Este marco legal no solo menciona la interseccionalidad, sino que explica el concepto con bastante detalle, lo que supone un progreso enorme y confirma mi tesis de que esta noción va a marcar el futuro de las leyes y las políticas de igualdad”, explica. “Sin embargo, mi conclusión tras analizar dicha ley es que no proporciona los instrumentos necesarios para implementar un concepto tan complejo. Esta situación deja a las empresas desamparadas, especialmente a las de menor tamaño, que no tienen los recursos o el personal necesarios para llevar a cabo iniciativas como esta, debido a que suelen estar centradas en su propia supervivencia en un ambiente económico que siempre es hostil”, añade.

 

Avanzar hacia un enfoque interseccional

Para realizar su tesis, Fabio Zamarreño analizó una muestra de 52 planes de igualdad de la provincia de Barcelona. Solo uno mencionaba la interseccionalidad, “de forma solo teórica, en la introducción”. Otros cuatro segregaban datos por género y nacionalidad o género y discapacidad, pero no presentaban una perspectiva interseccional.

“Ninguno de los planes de igualdad incorporaba una perspectiva interseccional de forma íntegra y consistente, lo que contrasta claramente con el hecho de que la Ley de Igualdad de 2022 les pide hacerlo. La desconexión entre ambas realidades es evidente. Crear un plan que atienda a la verdadera complejidad de las personas es complicado y exige grandes cantidades de recursos económicos y humanos. Quizá por eso, en España no ha habido, hasta ahora, intentos serios de abordar el tema”, explica Zamarreño.

 

Diez medidas para reducir la vulnerabilidad laboral de las mujeres

Para dar un paso en esta dirección, el profesor de la UOC investigó la situación laboral de mujeres extranjeras, racializadas, lesbianas y con discapacidad en la provincia de Barcelona, y creó una propuesta de proceso para generar planes de igualdad con perspectiva interseccional. Estas son diez de las medidas necesarias para cubrir las necesidades que expresaron las treinta mujeres entrevistadas y los seis gestores y gestoras de recursos humanos:

  • Crear un protocolo de acoso que contenga una agravante en caso de que las personas se encuentren en una situación de especial vulnerabilidad.
  • Penalizar sexualizar a cualquier persona, así como exotizar a migrantes y personas racializadas.
  • Formar programas de fomento de la sororidad entre mujeres diversas, como los employee resource groups, ya existentes en Estados Unidos o Inglaterra.
  • Facilitar la formación de idiomas para las personas migradas, así como convalidar con mayor eficiencia los estudios de personas extranjeras sobrecualificadas.
  • Buscar representatividad de mujeres diversas en todos los ámbitos laborales, y no solo en los más precarizados y manuales, como los de la limpieza y los cuidados.
  • Organizar programas de empoderamiento para que las mujeres más vulnerables sean conscientes de su potencial, especialmente en el caso de las mujeres con discapacidad.
  • Crear un lenguaje escrito y visual inclusivo en el que aparezcan mujeres diversas, así como visibilizarlas para que se conviertan en referentes para las nuevas generaciones.
  • Generar espacios de visibilidad LGTBI así como de las personas con diversidad funcional.
  • Hacer mejoras en el ámbito de la conciliación, ya que las mujeres más vulnerables son las que más dificultades tienen en este sentido.
  • Asegurar el conocimiento de los planes de igualdad por parte de toda la plantilla de trabajadores.

 

La propuesta de Zamarreño se basa en la intersección de vulnerabilidades que afectan a un mayor número de personas: género, raza o etnia, origen, discapacidad y homosexualidad. Sin embargo, el investigador hace un llamamiento para que se estudie el mayor número de vulnerabilidades posible y se creen planes de igualdad que cubran todas las necesidades de la población trabajadora.

“Personas que provienen del ámbito rural, personas mayores, personas trans, personas con patologías mentales, personas de clases sociales desfavorecidas, en riesgo de exclusión socioeconómica o con familias monoparentales, entre muchas otras que experimentan grandes dificultades respecto a su inclusión laboral”, enumera.

 

Un horizonte de mejoras

Mejorar las condiciones de las mujeres en situación de vulnerabilidad tiene impacto en distintos ámbitos, como el social y el económico. Tratar a estas mujeres con justicia organizacional contribuiría a construir un tejido empresarial más amable y más competitivo. Evitaría, entre otras cosas, situaciones de violencia física y verbal, bajas laborales, el descenso de la productividad de los empleados o la imposibilidad de realizar un trabajo colaborativo.

“Si queremos una sociedad y unos lugares de trabajo justos, equitativos y en los que todas las personas tengan las mismas oportunidades, sin duda necesitamos implementar una perspectiva interseccional en los planes de igualdad. No debemos olvidar el talento de todas estas mujeres con necesidades que ahora son invisibles y que, por tanto, no son capaces de rendir al cien por cien”, señala Zamarreño.

Crear planes de igualdad con un enfoque interseccional supondría también dar un paso adelante a la hora de dar visibilidad a las personas que viven situaciones de desigualdad y promover un cambio cultural ¿Y qué necesitan estas mujeres para mejorar su situación? De acuerdo con Zamarreño, lo fundamental es que las tengan en cuenta.

“Lo primero que necesitan es que se les pregunte sobre su situación personal. Lo segundo es ser escuchadas: que los sistemas académico, legislativo y organizacional tengamos en cuenta lo que nos dicen. Por último, necesitan que su vulnerabilidad sea explicada y respetada, y que se destinen fondos para que las organizaciones puedan implementar la interseccionalidad por ellas mismas. Y, como para casi todo, se necesita voluntad para priorizar este tema‘, señala.

 

Esta investigación de la UOC favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 5, igualdad de género y 8, trabajo decente y crecimiento económico.