El Observatorio empresarial para el crecimiento inclusivo (OEPCI) recopila, visibiliza y difunde en su IV informe “Crecimiento inclusivo. En busca de una prosperidad compartida”  un elenco de buenas prácticas empresariales que buscan promover el crecimiento inclusivo tanto a nivel nacional como internacional.

Ante las dificultades y limitaciones que las empresas encuentran a la hora de materializar su contribución social, el OEPCI en su informe introduce una serie de buenas prácticas  con el objetivo de servir de guía para generar impacto e inspirar a aquellas empresas de cualquier sector y tamaño interesadas en mejorar su aspecto social.

“Según el informe 2020 CEO Outlook: COVID-19 Special Edition53, realizado por la consultora KPMG, el 70 % de los directivos se sienten más conectados con el propósito social tras la crisis sanitaria por la COVID-19. Por lo tanto, estamos en un buen momento porque comenzamos a entender que el crecimiento inclusivo defiende y promueve un crecimiento económico cuyos beneficios se distribuyen por toda la sociedad”, explica Mónica Gil-Casares Mesonero-Romanos, coordinadora del proyecto y directora de Investigación en CODESPA.

El OEPCI identifica cuatro grandes dimensiones para medir el impacto y fomentar el crecimiento inclusivo en las empresas: valor económico, prácticas éticas, valor social y promoción del crecimiento inclusivo. El informe recoge dentro de cada una de esas áreas, acciones concretas y comparte ejemplos de empresas reales que sirven de inspiración y hacen comprender mejor el mensaje.

LAS 4 DIMENSIONES PARA DESARROLLAR BUENAS PRÁCTICAS EN CRECIMIENTO INCLUSIVO

  1. Valor económico

La primera de esas grandes áreas es la creación de valor económico y, es que, solo aquellos negocios que alcancen el éxito podrán lograr impactar positivamente en la sociedad. En consecuencia, las empresas generan riqueza a través de la creación de empleo, apostando por la innovación e invirtiendo.

Compañías como Día, distribuidora internacional de alimentos, aumentó su plantilla durante la pandemia un 5% más junto a otras acciones destacadas. De esta manera, Día motiva la creación de empleo. Otro ejemplo es Fundación BBVA que ofrece servicios y productos para personas en riesgo de exclusión en países en desarrollo gracias al uso de tecnología y su apuesta por la innovación.

“Ha sido un proceso de investigación muy enriquecedor en el que hemos participado distintas empresas. Se ha promovido una relación y alianzas entre diversos actores y lo más importante: se han incorporado diferentes perspectivas que como empresa nos ayudan a tener una visión más completa de cómo mejorar nuestro impacto social” Lidia del Pozo. Directora de Community Investment Program BBVA.

  1. Prácticas éticas

La segunda dimensión incluye prácticas éticas y engloba temas como: el respeto a los derechos humanos, la reducción de brechas salariales o el diseño y venta responsable, tanto de productos como servicios.  Existen ejemplos de compañías como Fairphone que impulsan productos electrónicos para integrar la sostenibilidad y las prácticas laborales justas con el objetivo de alcanzar un diseño y venta responsable. Otras como Procter & Gamble – P&G- empresa estadounidense multinacional de bienes de consumo se comprometen a establecer un salario justo, con criterios de compensación transparentes y con un lugar de trabajo diverso e inclusivo para luchar contra la brecha salarial.

  1. Valor social

La tercera dimensión de análisis es el valor social que las empresas pueden generar a través de actividades empresariales. Aquellas compañías que manifiesten estar comprometidas con la inclusividad incorporarán políticas de no discriminación eficaces, apostarán por la formación y el desarrollo de sus equipos de trabajo, por el establecimiento de fórmulas que garanticen y mejoren la diversidad en la plantilla, creación de servicios y productos inclusivos, etc.

En el ámbito de la formación y el desarrollo, en Nestlé, empresa multinacional suiza de alimentos y bebidas, trabajan con 550.000 agricultores de Farmer Connect para promover su emprendimiento y desarrollo. Otras compañías como Ilunion tienen un modelo empresarial que pone el foco en generar empleo de calidad para personas con discapacidad.

 

  1. Promoción del crecimiento inclusivo

La cuarta dimensión analiza la capacidad de las empresas en la promoción del crecimiento inclusivo porque entiende que el sector empresarial juega un papel de liderazgo en este terreno por su rol de actor económico.  Esto es posible cuando las empresas establecen un propósito corporativo y los definen para incorporar el impacto positivo en la sociedad. Divina Pastora, compañía líder de seguros en España, lo tuvo claro y hace 60 años impulsó la protección económica para personas que carecían de acceso al sistema de sanidad pública.

Los criterios de gobierno ESG que hacen referencia a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo, también son mecanismos fundamentales para promover un modelo más inclusivo. En este sentido, las políticas y sistemas de gestión alcanzan elevados estándares de responsabilidad en Ferrovial, uno de los principales grupos líder en infraestructuras sostenibles.

Otros grupos como INDITEX persiguen su crecimiento inclusivo mostrando su apoyo a la transformación industrial a través de acuerdos como el firmado en 2014 entre INDITEX e Industrial Global Unión.

Manuel Herrando Prat de la Riba, presidente de Fundación CODESPA, hace un llamamiento a las empresas y las anima a formar parte del Observatorio: “Sabemos que es una importante y difícil tarea, y por eso queremos animar a las empresas comprometidas en la búsqueda de una prosperidad compartida, a sumarse al Observatorio en su triple visión de impulsar la investigación, la concienciación de líderes empresariales y la innovación social, desde el corazón del negocio, para conseguir una economía al servicio de todos”.